Timidez, la batalla de mi vida y la decisión de cumplir sueños
El gran desafío de mi vida fue la timidez.
En mi instagram personal @jorgemartinezlubiano hay una foto que resume “mi vida en público”. En el colegio, un curso de 25 niños, todos contentos, saltando gritando o conversando acompañados, y yo, el único que está solo.
Era tal mi timidez que recuerdo estar con mi familia en el aeropuerto, encontrarnos con un compañero de colegio y su familia, y yo haberme escondido tras la falda de mi madre sin atreverme a saludarlo.
Increíble, incluso para mi.
Mi éxito temprano y mi dificultad para comunicar
En la universidad estudié Economía y fui profesor ayudante del profesor más cabrón de la universidad en primer año. Tuve éxitos muy temprano en el mundo de la Economía e inversiones. Si buscas mi nombre en google, encontrarás resultados míos hablando sobre Política Monetaria o Inflación en los principales medios del país. Este éxito temprano me empujó a “tener”
que comunicarme en público: medios, prensa y seminarios.
Algo que era odiaba, pero si quería cumplir con mis ambiciones, tenía que dar el paso.
Cómo superé la Dificultad - El Mentor
Para superar mi dificultad, compre libros, audiolibros y tomé todos los cursos de Oratoria que había en Santiago. Los profesores, la mayoría eran actores o periodistas, muy carismáticos y elocuentes, pero los cursos eran siempre lo mismo: 30 alumnos por sala, el profesor hablaba mucho (muy extrovertido) y poca práctica para mi. Nadie aprende a comunicar escuchando, pensaba yo.
Hubo un mentor que por iniciativa propia me dedicó mucho tiempo. Se juntaba conmigo a tomar café: me daba feedback, me enseñaba y motivaba a tomar desafíos más grandes. Esos momentos hicieron una gran diferencia en mi vida.
Mis inicios como Coach
Me encantó esto de la Comunicación y para potenciar mis habilidades blandas, me formé como Coach en la Universidad de Cambridge. Ahí conocí una metodología muy distinta, revolucionaria, que invertía el proceso de enseñanza. El alumno era el protagonista de la clase, y el profesor sentado en silencio. Este momento fue el pivotal en mis habilidades de comunicación.
Después de esos 4-5 años, cambié mucho. Me volví elocuente, hábil socialmente, estratégico y encantador. Gracias al poder de la palabra, pude salir a hacer mis sueños realidad, a tal punto, que el año 2016 fui condecorado como uno de los Jóvenes Líderes de las Américas por el Presidente Barack Obama, mientras era Presidente.
Tal fue el impacto en mi vida de aprender a comunicar, en logros y éxitos, que decidí era una causa a la que podía dedicar mi vida para ayudar a quienes tenían mi mismo problema, pero que aún no habían encontrado la solución:
El inicio de SpeakerCoach
¿Cómo ayudarle a personas inteligentes, bien intencionadas, con grandes ideas pero tímidas o introvertidas y ahorrarles los 4-5 años de trabajo y enorme inversión que me tomó a mi cambiar? Que en tan solo 6 meses (Habla como un Líder 1 & 2) alcancen un nivel de alta competencia comunicacional.
Así que tomé el método de Cambridge, lo pulí, estudié y mejoré durante años, con todo lo que aprendí en los cursos y, como Hobbie, lancé SpeakerCoach.
Al primer curso llegaron 3 personas. Como era un hobbie, pensaba abrir un curso por trimestre. Les encantó a mis queridos primeros alumnos, cambiaron increíblemente y lo recomendaron. Tuve lista de espera para el siguiente. Al segundo curso, llegaron 5. La lista de espera se llenó más rápido. Abrí otro a las 2 semanas, y otro curso, otro curso. Al poco tiempo, tenía 40 alumnos en paralelo en pequeños grupos de 6.
Lo que hice a continuación, fue pivotal para el futuro de SpeakerCoach:
Me enrolé para cursar el Wealth Management Program en The Wharton School, el Harvard de las FInanzas, gran crecimiento para mi trabajo como economista, pero, no podía dejar a mis alumnos solos.
Me traje a mi ex mentor a trabajar conmigo, le enseñé la metodología correcta y empezamos a hacer juntos las clases. Traer a mi ex mentor fue una decisión extremadamente acertada para SpeakerCoach, para los alumnos y para mi crecimiento como líder.
Los siguientes años crecimos a toda máquina: Programas para Walmart, L´Oreal, Bayer, Ford, Santander. 3-4 clases todos los días todo el día. Hasta que…
Al interior de SpeakerCoach la pandemia se vivió de manera muy ruda.
Chile había vivido hace poco un estallido social que debilitó la economía y nuestros ingresos severamente. Contábamos con un 50% de los ahorros que en condiciones normales tendríamos para sobrevivir a un shock. Llegó el shock: Covid.
Me enfermé de Covid de los primeros. Fui el paciente número 100. Debilitado de salud, debilitado en ingresos y sin poder salir a hacer clases, tuvimos que reinventar la empresa prácticamente desde 0.
Todo lo que hacíamos era presencial y tomar un curso de oratoria por zoom, en ese momento, era impensado. Re hicimos todo, publicidad, metodología, scripts, página, todo y en 2 meses, nuestro último mes de vida, re-lanzamos con cursos en vivo vía Zoom, más baratos y más cortos modo #quédatenecasa.
El Segundo Aliento de SpeakerCoach y el cansancio acumulado
El primer curso tuvo 12 inscritos. El segundo curso tuvo 24 inscritos. Siguiente 30, 40, 50, 60 y así. Siempre respetando la metodología de dividir en pequeños grupos de 6-8 alumnos. Fue un éxito, los alumnos felices, transformandose y nosotros cumpliendo nuestro propósito: Back in Business.
Nos fue bien, crecimos internacionalmente, trajimos nuevos trainers y más equipo de soporte, pero fue un periodo muy duro. Pasamos de ser una empresa en la que viajamos todo el tiempo a oficinas de clientes en todo Chile y el extranjero, a estar encerrados frente al pc sin poder salir. Tanta incertidumbre, mitos e histeria con el covid hizo difícil mantener la salud mental bien: Conteo de muertos todos los días; permisos limitados para moverse y sin ver a la familia; Sentías culpa, miedo, ansiedad de estornudar. Aunque en la empresa crecimos a tener operaciones digitales en 13 países, estábamos encerrados en la casa, todo el día, todos los días. Trabajaba desde despertar hasta dormir.
El Burn out mio y del equipo
Al inicio del Covid, saber que no iba a poder pagar las remuneraciones el siguiente mes, no me dejaba dormir y me ponía a trabajar 2-3-4 de la mañana. Nunca le dije a nadie, pero ese periodo me generó un burn-out increíble y a varios del equipo también. Intenté apoyarlos enviando chocolates, sugiriendo salidas de vacaciones, bonos y otras ideas, pero la verdad, no estuve a la altura para mantener a la empresa a flote y crecer, reinventar nuestro modelo de negocios completo, hacer las clases al 1000%, formar nuevos trainers, supervisar las operaciones y experiencia de cliente, y además, cuidar bien la salud mental del team y la mía. Tuve 2 bajas en el equipo que aún lamento. Yo como el founder persistí aún así, pero seguí con un burn-out ardiendo en mi corazón y mi cabeza.
Lo peor…
Permití que el burnout me hiciera sentir cansado de liderar la empresa de mis sueños, la causa a la que decidí dedicarle la vida, a lo que amo, por lo que vivo y respiro.
y me desconecté de mis sueños.
Pasé a ser un CEO cansado. Nadie me lo dijo. No sé si se notó. Pero yo si noté, el nivel de pasión con el que vivía cada segundo al principio, la borágine de ideas a diario, la energía para envisionar una causa enorme, a cómo lo viví después del periodo pandemia. Cansancio.
Hasta que…
El año pasado, producto de múltiples casualidades, me llegó por whatsapp un afiche de un curso que hacía Betty (Bertha) la líder de una empresa de Coaching muy influyente en Chile. Sabía que la empresa era buena, sabía que la Líder era extraordinaria. En segundos tenía mi inscripción realizada. Simplemente conecté con el llamado.
El curso fue extraordinario.
El programa de sueños sonaba algo místico, pero nada más alejado de la realidad:
Reviví tantos sueños de mi niñez que había olvidado. Me conecté con mi pasión de nuevo, la sentí arder y florecer. La Coach me enseñó a tomar decisiones en el camino de mis sueños, con energía, con la visión del futuro que quería construir.
Aprendí a cerrar los ojos y verme caminando a la sala de entrenamiento en alguno de los 30 países, junto a alguno de los miles de entrenadores y millones de profesionales, jóvenes, niños y líderes a los que ayudaremos a transformar su dificultad para comunicar y relacionarse en su principal fortaleza, a permitir que su inteligencia traspase sus pensamientos e influya en el mundo para bien, en los próximos 10 años. Ese es mi sueño.
Lo veo tan claro, a diario, que me inspira.
Además, Mientras vivía el curso, nació Alma, mi primera hija, y pude decidir la relación de mis sueños con ella. El tipo de papá que quería ser: paseo con ella todos los días, la hago dormir 2 veces al día, la baño, jugamos y cantamos. Lo mismo con mi señora. Lo mismo con la próxima niña que viene en camino.
Lo mismo con la empresa, este año ya integramos 2 nuevas trainers, 3 más están finalizando su curso Train the Trainers de SpeakerCoach y la alumnos que hemos servido se casi duplicó en 2023.
Y, para cerrar con broche de oro el año, algo que me tiene entusiasmado y considero un gran logro personal:
Una sorporesa para ti, con mucho cariño
Me traje a mi Coach, la “ex líder de la empresa de Coaching muy influyente en Chile”, a SpeakerCoach y a realizar su programa estrella como parte del Team, buscando entregarle a mis queridos alumnos la chance de vivir lo que yo viví, cuando pasé por el Programa de Sueños.
Experimentar la claridad, la visión, la motivación, el amor, el power de encontrar un camino de propósito, pasión y volver a soñar en grande.
Con mucho orgullo, te cuento que
Iniciamos la primera versión del curso de Sueños este sábado a las 11 am hora Chile con un valor muy descontado para graduados de nuestros programas.
Si te inspira soñar en grande, saber como traducir tus sueños en planes de acción concretos, aprender a decidir avanzar en esa dirección y conectas con al llamado, encontrarás más información en la siguiente dirección:
Si tienes dudas, responde este correo de vuelta.
Te mando todo el power Ale. Nos vemos el sábado, con mi Coach, en la sala de entrenamiento, en el camino a cumplir nuestros sueños.
Jorge de SpeakerCoach
